Afortunadamente para el Atleti, y por desgracia para el Bilbao, y la final, el partido quebró muy rápido, en el minuto 4 con el gol de Falcao, el partido de Bucarest dio un giro inesperado para los de Marcelo Bielsa. A partir de ahí, el Atleti supo manejar el partido a su antojo en grandes fases, a los bilbaínos le costó meterse en una final que se les escapaba un poquito más con el segundo gol del colombiano. Quedaba partido, pero no daba la sensación de que así fuera, quedaba más de media final y el Bilbao parecía que no lo veía. Se esperó durante mucho tiempo ese ímpetu de los "leones", que no llegó, o llegó tarde y a rachas mínimas. El tinte que tomó el partido era inesperado para Bielsa y sus pupilos, pero no para Simeone, que sabía con lo que jugaba.
Fue un gran varapalo para el Bilbao salirse de la final tan rápido, y apenas pudo meterse luego. Y se salieron por ellos mismos, por los jugadores. El Bilbao vivía de la ilusión, ilusión que pronto se deshizo injustificablemente, remar a contracorriente no le sienta nada bien a este Athletic, y en una final con este contexto, menos.
Se mostró el Athletic desconocido en varias facetas del juego, y
tengo la sensación de que aunque el desarrollo del partido hubiese sido menos
desfavorable hubiera seguido teniendo sus puntos negros el planteamiento de hoy,
justificable también por el hecho de ser una final de tal calibre para el
Bilbao. Final que para los colchoneros era más llevadera, más familiar. Aunque el
once ideal fuese totalmente distinto del Atleti campeón de 2010, la actitud, el
entorno, la familiaridad y el nivel europeo de varios de sus jugadores ha
supuesto mayor competitividad en el equipo.
Todo esto es mucho más fácil si tienes en tu equipo
a un tipo llamado Radamel Falcao, fascinante lo del colombiano, ha sido de
crack mundial. Llevar tan naturalmente el protagonismo de una final europea
está al alcance de muy pocos. Y es que hoy Radamel ha hecho los dos goles
claves, goles que mataban al Bilbao, golazos. Aparte de todo esto, Falcao hizo
incluso de Adrián, cayendo a las bandas y descolocando a la defensa
confundiéndola; abandonando sus usuales rupturas y posición estática para darle
mayor dinamismo a sus movimientos, retrasando en ocasiones sus líneas de pase.
El “9” en varias ocasiones ha sido Diego, otro jugador que merece caso aparte,
el brasileño hoy ha sacado su lado más bueno, ha hecho un partido genial, y un
golazo con cambios de ritmos incluidos. Diego contribuyó a esa confusión del
Athletic, llegando con superioridad varias veces en los tres cuartos de campo.
Ha saqueado balones en la línea Muniaín-Ander-De Marcos y luego con Ibai, y ha
profundizado con gran talento en el dispositivo defensivo vasco con
genialidades de pases y con conducciones precisas. Perfecto el trabajo de
Diego. Todo esto ha sido un fantástico movimiento de Simeone, le ha salido bien
la jugada, sabía que se arriesgaba en una final. Este trabajo sin el esfuerzo
de Arda y Adrián, no hubiera sido posible, porque son los que le dieron esa
fiabilidad en fase ofensiva, sin mostrar fisuras, como quería el cholo,
tuvieron una labor mas de compensación, para hacer un equipo más compacto. El
oficio de Gabi y Mario sobretodo fue también importante, de contención.
Anularon la distribución de Iturraspe, que fue cambiado, y excepto en fases de
la segunda parte, tuvieron al tornado de Muniaín atado en corto. Todo esto
hizo la defensa un trabajo menos
laborioso, el resto de equipo facilitó el trabajo y palió las, aun así, lagunas
defensivas que tuvieron.
El Athletic sufrió más de la cuenta, cuenta con la que
contaba, y valga la redundancia, el Cholo. Se autodestruyeron en mediocampo.
Consiguieron inquietar al Atleti más en la segunda parte gracias a la salida de
Ibai por Iturraspe y el retraso de la posción de De Marcos, sabiendo Bielsa,
que si el marcador llegaba ajustado a los minutos finales, le iba a necesitar
ahí. Inteligente movimiento también de “El Loco”, que no pudo hacer mucho más.
La entrada al campo de Toquero denotó una llamada de atención al equipo, les
tocaba hacer algo ya a ellos. Unicamente con Muniaín, ibai o De Marcos se vio
mayor impresión de ritmo al juego de ataque, donde por la banda izquierda
hicieron daño. Por dentro, por donde se les da genial, Llorente estaba anulado.
Estuvo confuso también Iraola, que no ofrecía esa seguridad en sus
transiciones, y Javi Martínez, que desesperado muchas veces por Falcao y otras
podido por la presión no estuvo fino en varias acciones, cierto es que nos
tenía acostumbrados a un gran nivel.
El Atlético dominó las facetas más importantes de
una final; la táctica, llevo al Bilbao a rebufo y apenas le dejó un mínimo
margen de mejora. Se sentía cómodo sin balón, pero también con el balón, rasgo
que parecía más satisfactorio para los “leones” a priori. La otra faceta es la
psicológica, y aquí es donde Simeone fue diferencial, supo controlar a su equipo
para que controlase al Bilbao, mentalmente la batalla estaba decantada para los
madrileños. Independientemente del factor suerte, que siempre es necesario en
partidos así Simeone tuvo claro que debía hacer y que comportamiento llevar. Se
adaptó al partido y al rival, supo buscar los punto débiles y sacárselos,
mientras explotaba los suyos fuertes. Simeone ha demostrado un carácter de muy
buen entrenador, y no sólo por lo de hoy, de entrenador capaz de amoldarse a
variedad de ecosistemas futbolísticos, sin perder su característica de
entrenador de equipos aguerridos, con fuerte mentalidad y trabajador hasta el
final, ha hecho valer el talento y gran polivalencia de sus jugadores.
Hay que resaltar igualmente la gran Europa League que
ha hecho e Athletic, digna de admirar, orgásmica y épica y muchos y muy buenos
momentos, por el preciosismo de su juego y la grandeza de sus hazañas
eliminatorias. Bielsa decidió morir con su estilo o, al menos, intentarlo.
Bravo.
El Cholo vivió, y vivirá él y su equipo en la historia por esta final y por como la ganó. Al igual que creo que también se recordará a esta grandísima generación de futbolistas que tienen los vascos. Aquel Athletic de Bielsa.
En esta ocasión venció el Atleti de Falcao, del
Cholo. Un equipo con mucha fuerza, cuando quiere y puede, y que por lo
mostrado, está hecho para esta competición, para ella.
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